Siguiendo uno de los mandatos de la última Asamblea General Ordinaria de la Red, donde además de cambio de directiva se tuvo oportunidad de trabajar muy intensamente con las más de sesenta organizaciones que la conforman, una de las conclusiones a las que llegamos en los intensos debates fue la de conocer más a las organizaciones y hacer que se conocieran entre si, y a lo largo de esta esta segunda semana de marzo la secretaría técnica de la red se ha reunido en todas las provincias con las organizaciones con un tripe objetivo: conocer su realidad y situación inmediata, conocer sus expectativas futuras y poner en común las potencialidades del sector.
En total, han participado 33 organizaciones de toda la región, algunas de ellas aún no pertenecen a la red aunque han acudido a la llamada debido a que vienen participando en las actividades de la organización regularmente por lo que su opinión también es relevante. Aún es pronto para sacar conclusiones, ya que ha sido una intensa semana de encuentros, debates y propuestas que se han combinado con las actividades propias, como la firma del convenio de la ayuda a la Mesa del Tercer Sector de Castilla-La Mancha, o el cierre del proyecto Non Take Up de EAPN-España.
Tal y como decía, nuestra red es amplia y heterogénea, ya que integra a grandes organizaciones nacionales e internacionales y otras más barriales, aunque todas muy pegadas a la realidad y necesidades de la ciudadanía que son su razón de ser, siendo estas las primeras impresiones de estos encuentros:
- Si bien las organizaciones ponen la atención de las necesidades de la ciudadanía vulnerable en primer término, sienten poco respaldado de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que desde hace casi una década presta el mismo apoyo a necesidades crecientes.
- El recorte en los programas preventivos es una herencia recibida que sigue dando frutos, ya que permite que áreas de intervención de las organizaciones que dependen de programas nacionales estén sobrepasadas, como las sociosanitarias (adicciones con y sin sustancia, enfermedades de transmisión sexual, salud mental juvenil, etc), las que evitan la transmisión intergeneracional de la pobreza (apoyo extraescolar, educación de calle…) o aquellas que sensibilizan a la sociedad y educan en valores a nuestros jóvenes.
- La atención a situaciones sociales de territorios marginales (barrios, asentamientos) y problemas sociales más grandes que centros logísticos, precisan de un decidido apoyo institucional, ya que el voluntarismo heroico de las pocas organizaciones que con escaso apoyo intervienen en esos territorios es claramente insuficiente.
- Los profesionales, pero sobre todo las familias que les permiten atender a las situaciones de pobreza de otras familias sin recibir una remuneración en tanto que llega alguna ayuda pública, deben ponerse en valor, ya que la generosidad de estas familias y profesionales evita que las situaciones de pobreza y exclusión social de esta región sean aún mayores.
Aunque es la Junta de Comunidades quien tiene la responsabilidad de velar por la salud bio-psico-social de la ciudadanía en cualquier vicisitud de su vida en este territorio y si bien aún no sabemos si se tendrá a bien incluir en el Estatuto de Autonomía como uno objetivos de esta región la lucha contra la pobreza y la exclusión, esta primera aproximación a la realidad de las organizaciones que actualmente están en primera línea de la atención a las necesidades de la ciudadanía pone de manifiesto que desde los poderes públicos deben salir de su ensimismamiento y empezar a trabajar para ofrecer atención y oportunidades de calidad a una ciudadanía vulnerable cada vez más amplia y dejar que las organizaciones acompañemos con calidez a la ciudadanía, que es nuestro cometido y valor diferencial.