Artículo de opinión de Raúl del Viso, gerente de EAPN-CLM

El pasado 9 y viernes 10 de noviembre tuvimos oportunidad de participar en el II Congreso de Buenas Prácticas en Inclusión Social, organizado por la Cátedra de Inclusión Social de la UNED en Tomelloso, donde se presentaron más de treinta proyectos e iniciativas de inclusión social novedosas, imaginativas y de alto impacto sobre la ciudadanía que se desarrollan en todo el país. Nuestro proyecto “Competencias Digitales para Crecer” que hemos desarrollado con el apoyo del Tercer Sector regional y la financiación de Consejería de Bienestar Social y fondos Next Generation EU, recibió uno de los tres premios especiales del público; pero eso es otra historia.

La cuestión es que en varios corros con profesionales del sector no lucrativo y de la administración volvió a salir de nuevo (llevamos con el mismo run run desde 2004) el Plan de Empleo de Castilla-La Mancha, o mejor dicho, su sonora ausencia de foros como este u otros parecidos. Puesto que se ha anunciado un nuevo e innovador modelo cuyo objetivo va a permitir cambiar la situación de las personas participantes, como miembros de la ciudadanía y del sector de organizaciones que están en primera línea contra la pobreza, vamos a exponer brevemente las expectativas que tenemos puestas en el Programa de Apoyo Activo al Empleo, que, no debemos olvidar, se financia con recursos que provienen de Europa y que son específicos para luchar contra la pobreza. Así pues, y puesto que nuestra organización tiene como misión luchar contra la pobreza mediante, entre otras acciones, la propuesta de alternativas y soluciones, los Planes de Empleo que queremos para Castilla-La Mancha deberían conseguir:

  • Que las personas participantes puedan incluir en su currículo la experiencia y formación adquiridas para que la empresa privada regional encuentre los recursos humanos que necesita.
  • Que, como en otros programas, se superen en más de un 40% los niveles de inserción laboral tras la finalización de los 7.500 contratos anuales previstos.
  • Eliminar el extendido rumor de la siniestralidad laboral de este programa, si es que la hubiera, de la mano de los vigilantes agentes sociales.
  • Que la formación y seguimiento personalizado que tendrán las personas participantes a lo largo del programa sea suficiente para salir con más y mejor formación técnica en el oficio aprendido, gerencial para manejar sus recursos y emprendedora para transformar sus vidas.
  • Que la capacitación técnica y tecnológica de las personas participantes en estos planes de empleo haga posible que nuestra región eleve el valor añadido de su trabajo en todos los sectores, y por tanto, reduzca la brecha del PIB per cápita con la media nacional y colabore en la disminución de las tasas de pobreza y exclusión social.
  • El reconocimiento externo del programa como un trampolín para el empleo de calidad, y que se olvide el buen recurso de garantía de renta para las personas en vulnerabilidad que generaba el conocido “itinerario de exclusión” en el que se había convertido.

Sin duda, este nuevo Programa de Apoyo Activo al Empleo representa un cambio de paradigma que señala el camino para eliminar los rumores, runrunes y estigmas que hasta ahora venían generando los Planes de Empleo que, si bien nacieron con recursos para la innovación laboral, desde hace dos años el 85% de su financiación proviene de recursos para la inclusión social. Todo ello nos obliga a tener esperanza y permanecer vigilantes en el cumplimiento de las expectativas generadas entre las personas que participan en estos programas.

Share This
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad